jueves, 12 de mayo de 2011

XXXIII

Lluvia infante frente
a calles desgranadas,
tan solo cebollas cortadas,
como sueños inertes.
Pan cual palacetes
de oro alhajas,
para lagrimas maltratadas
rodeadas de malquereles.
Cuando indiquelas da lache
dirigiendote desde tu culto,
dime cuando puedo amarte
si el corazón pecó de hurto,
tu que te crees aparte
de salvarte de mi mundo.